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Cuando cada decisión repercute en el rendimiento de los animales y en el éxito del negocio, hay que basarse en algo más que en la intuición.
La fase de arranque de producción es una etapa crítica en la vida productiva de la gallina. Durante esta etapa, surgen diversos problemas que ponen en riesgo la productividad y por consiguiente, su persistencia.
Durante el período de arranque, el consumo de alimento no se incrementa en la misma medida que aumenta la producción de huevo, resultando en un balance negativo de nutrientes. Esta situación se agrava cuando el peso corporal y la uniformidad se encuentran por debajo del ideal.
La alimentación prepico comprende la etapa desde el inicio de producción (15-16 semanas) y la edad en que el ave alcanza el pico de producción (25-26 semanas).
Evolución de los requerimientos de energía dependiendo de la edad
Con el objetivo de alcanzar un peso corporal óptimo al arranque de producción, debemos garantizar la ingesta adecuada de nutrientes que permita reducir la movilización de reservas.
Para lograr esto, se puede recurrir a 2 estrategias: