Gestionando el agua y el alimento
La calidad nutricional de los alimentos balanceados, su inocuidad y su manejo desempeñan un papel indispensable para garantizar un consumo saludable y optimizado de alimento. A su vez, el agua es el nutriente más importante para los pollos de engorde. La buena calidad microbiana y química del agua es importante, ya que los pollos de engorde consumen el doble de agua que de alimento y es un factor clave para los procesos biológicos del ave como la termorregulación y la absorción adecuada de nutrientes. El agua también juega un papel crucial como vía portadora de aditivos, medicamentos, suplementos, entre otros.
Control de Micotoxinas
El control eficaz frente a la exposición a las micotoxinas es esencial en la producción de pollo de engorde. Las micotoxinas pueden comprometer el consumo de alimentos, el aumento de peso, la salud intestinal y la inmunidad, al tiempo que aumentan los índices de conversión alimenticia (FCR) y la tasa de mortalidad. El control óptimo del riesgo incluye la compra de materias primas de alta calidad y el cuidado durante el almacenamiento de las materias primas y de los alimentos.
Formulación correcta de los alimentos balanceados
La calidad de la carne de pollo viene determinada por múltiples factores, como pueden ser la genética, el manejo, el procesamiento y la nutrición de los animales. Algunos ingredientes o suplementos presentes en los alimentos balanceados, como la vitamina E y el selenio, también pueden influir en la calidad de la canal y la carne. Tradicionalmente, las dietas para pollo de engorde se han formulado con el objetivo de promover el máximo desempeño de las aves. Sin embargo, este tipo de dieta altamente concentrada y rica en proteínas puede ser costosa y afectar a la rentabilidad de la producción. Es recomendable utilizar un enfoque integrado para la formulación de las dietas que garantice que el productor pueda optimizar el desempeño de las aves y el rendimiento de la producción, manteniendo al mismo tiempo la salud y el bienestar de los animales, de manera sostenible. Esto implica tener en cuenta los costos de las materias primas, las condiciones del mercado, los ingresos generados y el uso de ingredientes nuevos o alternativos.
Garantizando la calidad del agua
El agua es el nutriente más importante, y a la vez el más descuidado, de la dieta de un animal. La mayoría de los animales beben aproximadamente el doble de lo que comen, por lo que la calidad del agua es clave para su salud y su desempeño óptimo. Los problemas con la calidad del agua pueden venir dados por un consumo insuficiente de agua o de alimento por parte del animal, así como por un empeoramiento inexplicable de su salud o bien por una reducción del desempeño. Para ayudar a prevenir estos problemas, recomendamos que se preste especial atención al control de las condiciones higiénicas desde la fuente de agua hasta el sistema de bebedero, como parte de su programa de bioseguridad en granja.
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Inocuidad del alimento balanceado
Los alimentos balanceados corren siempre el riesgo de estropearse o contaminarse con microbios patógenos como la Salmonella, e E. coli, los hongos y las levaduras. Los signos de que el alimento está contaminado incluyen partículas aglomeradas, olores desagradables y cambios de color. Una mala higiene de los alimentos puede provocar una reducción de la energía y de las vitaminas A, D3, E, K y tiamina disponibles para el animal. En el caso de los hongos, la palatabilidad también puede verse reducida. Para ayudar a controlar la calidad de los alimentos, debe realizarse un análisis de laboratorio para cuantificar los organismos presentes que deterioran los alimentos.
Optimizando los minerales en la dieta
Los minerales traza, como el zinc, el cobre y el manganeso son esenciales para el desarrollo y el metabolismo de los pollos de engorde. Los minerales traza apoyan múltiples funciones esenciales para los pollos de engorde, como el rendimiento del crecimiento, la respuesta inmune y la salud en general. Para obtener dichos beneficios es crucial tener una dosificación y formulación adecuada a las necesidades del animal y de la producción.
El acceso a alimentación y agua de buena calidad e inocua es clave para un crecimiento saludable de los pollos de engorde