Control de micotoxinas
Las micotoxinas son un desafío mundial para la industria pecuaria representando un riesgo para la salud y el desempeño animal, así como para el rendimiento económico de la producción porcina. Las micotoxinas se desarrollan en el campo, durante la cosecha, el transporte, almacenamiento, continúa durante la producción del alimento balanceado, su almacenamiento en la planta y el transporte a las granjas, así como en la granja desarrollándose en los silos y los comederos.
Inocuidad del alimento balanceado
La calidad de las materias primas puede estar en riesgo por cuestiones físicas, químicas y, sobre todo por la existencia de cuestiones microbiológicas, lo que incluye bacterias, hongos, levaduras y micotoxinas. El control del nivel de seguridad de los alimentos balanceados requiere un enfoque integrado, en donde se introduzcan controles en cada parte de la cadena de suministro de los alimentos balanceados.
Formulación correcta de los alimentos balanceados
En la actualidad, los avances en genética porcina han permitido que las cerdas aumenten su productividad. Consecuentemente, las dietas deben ser formuladas de una manera que permita satisfacer las necesidades nutricionales de las cerdas y a su vez apoyar dicha productividad. Para maximizar el potencial de las hembras, es esencial diseñar un alimento balanceado en función de las necesidades del animal, aplicado con un programa de alimentación adecuado.
Garantizando la calidad del agua
El agua es el nutriente más importante y, al mismo tiempo, el más descuidado. Una cerda altamente productiva puede dar a luz entre 14 y 16 lechones, produce entre 14 y 15 litros de leche al día. Beber grandes volúmenes de agua limpia y fresca durante el período de lactancia permite que las hembras produzcan la leche necesaria para las grandes camadas. La calidad microbiológica del agua tiene un enorme impacto en su salud y en el rendimiento.
Para obtener los mejores resultados, los productores deben vigilar cuidadosamente las condiciones higiénicas, empezando por la fuente de agua, al mismo tiempo que vigilan todo el sistema de abastecimiento de agua. La buena higiene del agua debe formar parte integral de todo programa de bioseguridad y manejo de granjas.
Un excelente manejo de las cerdas consiste en una combinación de buenas prácticas sanitarias, un programa de reproducción adecuadamente establecido y dietas formuladas específicamente para sus requerimientos nutricionales.